Historia de la cirugía robótica
Más recientemente, la cirugía mínimamente
invasiva ha incorporado una nueva tecnología denominada
Cirugía Robótica. El término ROBOT
fue utilizado por primera vez por K. Capek (escritor
checo), en un relato de ciencia ficción en el año 1921, quien llamó ROBOTA a un androide metálico
diseñado por el hombre para su servicio. La introducción
de la cirugía asistida por computadoras, o
cirugía robótica, ha permitido facilitar la cirugía y
la realización de procedimientos más complejos,
acercando las técnicas mínimamente invasivas a un
mayor número de cirujanos.
La cirugía robótica comenzó a desarrollarse a
principios de los años noventa en Estados Unidos
con el trabajo conjunto de la National Aeronautics
and Space Administration (NASA), la Jet Propulsion
Laboratory, y emprendedores privados que conformaron
una empresa llamada RAMS (Robot Assisted
Micro Surgery)1
.
El objetivo de esta empresa era desarrollar un
robot con la destreza suficiente para realizar procedimientos
microquirúrgicos y a distancia, surgiendo
así el término Tele-cirugía. Por otro lado, también
se propusieron mejorar, mediante pinzas robóticas,
los movimientos de la mano humana.
De esta manera,
se haría más sencilla la cirugía y permitiría
la realización de operaciones complejas en forma
mínimamente invasiva.
En el año 1994, RAMS creó el primer brazo
robótico de 2,5 cm de diámetro por 25 cm de largo,
con los 6 grados de movimiento en el espacio. Al
año siguiente, desarrolló también una estación de
trabajo con dos brazos robóticos. Paralelamente,
otra empresa, llamada Intuitive, desarrolló el da
Vinci Surgical System, que constituyó el primer
robot que logró la aprobación de la Administración Norteamericana de Alimentos y Medicamentos
(Food and Drug Administration, FDA), para su
utilización en pacientes. Así se realizó la primera
colecistectomía con asistencia robótica a distancia
en marzo de 1997.
Existen en la actualidad distintos tipos de robots,
desde simples dispositivos controlados por la voz
que sujetan la cámara y responden a las órdenes
verbales del cirujano, hasta los dispositivos más
complejos como el da Vinci. El da Vinci es un dispositivo
robótico integrado por tres componentes
A. Consola de mando
Es el sitio donde el cirujano, sentado confortablemente
y sin necesidad de estar vestido con ropa ni
guantes estériles, controla los movimientos de tres
brazos robóticos de trabajo y un cuarto, que sujeta
la endocámara. (Sistemas daVinci S HD y SI) La
consola de mando puede estar ubicada en la misma
sala de operaciones, o fuera de ella y está formada
por tres elementos básicos:
1. Un binocular: Desde donde el cirujano recibe la
visión tridimensional (3D). Esta visión 3D se logra
por medio de dos ópticas paralelas recubiertas
por una vaina metálica que captan las imágenes
del interior del paciente y son procesadas por
un sistema de computación que fusiona las dos
imágenes y las proyecta al cirujano en la consola,
superando la visión bidimensional de la cirugía
laparoscópica convencional.
2. Dos pares de anillos: En las cuales el cirujano
coloca sus dedos índice y pulgar de cada mano a
modo de pinza. Los movimientos que el cirujano
realiza con las anillas en el espacio son precisamente
repetidos por los instrumentos quirúrgicos
del extremo de los brazos de trabajo del robot.
3. Un sistema de pedales: Que permiten manejar los
movimientos de la endocámara y activar los elementos
de coagulación. Además un cuarto pedal
permite activar el tercer brazo quirúrgico a modo
de ayudante.
B. Carro robótico
Es el robot propiamente dicho. Está compuesto
por una base del que cuelgan sus cuatro brazos. Los tres brazos de trabajo sujetan los instrumentos
que ingresarán al paciente a través de puertos
de 8 mm, mientras el cuarto brazo controla los
movimientos de la doble endocámara, a través de un
puerto de 12 mm. El robot actúa como intermediario
entre el cirujano y el paciente. Los instrumentos se
mueven copiando milimétricamente los movimientos
que el cirujano realiza desde la consola, con 7
grados de libertad en el espacio (sistema endowrist),
miniaturizando sus movimientos, volviéndolos
sumamente precisos y neutralizando el temblor.
La
consola y el robot se encuentran conectados por un
sistema de cables y, si bien pueden funcionar por
comunicación satelital permitiendo realizar cirugías
a distancia, hoy en día la FDA de EEUU, prohibe su
uso a distancia.
C. Torre de laparoscopia
Se necesita un insuflador para la realización del
neumoperitoneo y de un monitor para que tanto el
ayudante, como la instrumentadora y el personal
de quirófano puedan observar la cirugía (visión
bidimensional).
La cirugía robótica resuelve varias limitaciones
de la laparoscopia tradicional, tales como el movimiento
paradojal, la limitación de ángulos por instrumentos
rígidos (permitiendo que el movimiento
fluido y libre de la muñeca del cirujano sea transmitido
directamente al extremo de los instrumentos), la
mala postura ergonómica (brindando la posibilidad
al cirujano de estar sentado en una posición sumamente confortable y sin la necesidad de estar estéril),
la disociación entre la dirección de los instrumentos
y el monitor (alineando la visión del cirujano con
el movimiento de sus manos), la dificultad para
realizar micro suturas de alta precisión y la visión
bidimensional (absorbiendo el temblor y generando
una visión 3D).
Las innovaciones tecnológicas, que avanzan día
a día, irán trayendo cambios a los actuales equipos,
que seguramente modificarán los procedimientos
quirúrgicos, permitiendo quizás en un futuro, sistematizar
la telecirugía y el desarrollo de tele-consultas
con la interacción de varios operadores y llegar
así a realizar procedimientos multicéntricos. Esto
llevaría a nuevos problemas éticos y legales sobre
responsabilidad médica, que deberán ser resueltos,
sin dejar de lado que las relaciones entre médicos y
pacientes también se verían seriamente modificadas.
Actualidad
Hoy en día, la cirugía robótica dejó de ser ciencia
ficción para convertirse en una realidad. Probablemente,
sea la cirugía del futuro, con tendencia a la
miniaturización. Su aplicabilidad ha quedado demostrada
en procedimientos complejos, tales como
esofaguectomías, neumonectomías, pancreatectomías,
cirugía cardiovascular, cirugía de la obesidad
y cirugía urológica reconstructiva y oncológica, con
un bajo índice de conversiones (es decir, suspensión
de la técnica robótica para completar la operación
por métodos convencionales) y escasas complicaciones.
Cada vez son más los lugares en donde se
realizan procedimientos robóticos en forma sistemática
y las comunicaciones científicas sobre fallas
del robot y sus componentes son extremadamente
bajos. Si bien éstos y otros procedimientos son hoy
realizables, eso no los transforma automáticamente
en el actual gold standard de tratamiento.
Muchas de las limitaciones actuales de la cirugía
robótica están relacionadas con la falta de sensación
táctil y el tamaño del equipo.
Sin embargo, debido
a que los avances tecnológicos son muy rápidos y
van de la mano de la demanda del mercado, es muy
esperable que estas dificultades sean resueltas en un
futuro próximo.
Su elevado costo es uno de los principales problemas
para la difusión, sobre todo en países de
menores recursos. Además del valor del equipo,
deberán considerarse los gastos que representa cada
vez que se utiliza el sistema. Por ejemplo, cada pinza
debe ser desechada luego de diez usos, ya que el
robot va registrando cada vez que un instrumento es
conectado al brazo robótico, desconociéndolo luego
del décimo acople.
En forma paralela a los avances del conocimiento
médico de las distintas patologías, ha ido surgiendo
el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas,
incluyendo la laparoscopia convencional o asistida
por robots. El cirujano no sólo debe entrenarse en
nuevas técnicas quirúrgicas, sino que además debe
tener un acabado conocimiento de la patología
en tratamiento, para priorizar la intervención más
correcta por encima de cualquier intención de tratar
de demostrar que se está en la cresta de la ola
tecnológica.
Por otro lado, estos robots no son máquinas
autónomas capaces de realizar toda una cirugía por
ellos mismos ni resolver un problema dado con instrucciones
preprogramadas. Sólo complementan o
mejoran las habilidades del cirujano, transformando
los movimientos humanos en movimientos robóticos
sumamente estables, precisos y delicados. Por estas
razones, el cirujano continúa siendo el protagonista
y mayor responsable de la sala de operaciones, y en
esto la experiencia del cirujano, como en cualquiera
técnica quirúrgica, es la que finalmente determinará
los resultados.
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