viernes, 8 de abril de 2016

Dolor Pelvico Cronico

Dolor Pélvico Crónico


El dolor puede definirse como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión tisular real o potencial, o puede describirse en relación con dicha lesión. El dolor es el síntoma más frecuente de cualquier enfermedad. 

En su tratamiento, el médico debe, en primer lugar, des‑ cubrir y tratar la causa del dolor, en segundo lugar, tratar el propio dolor, con independencia de que la causa subyacente se pueda tratar o no y, en tercer lugar, aliviar el sufrimiento causado por el dolor. 

Una de las funciones del sistema nervioso es proporcionar información sobre la presencia o la amenaza de una lesión. La sensación de dolor, por su naturaleza adversiva e  inherente, contribuye a esta función. La respuesta del sistema nervioso periférico, a través de las neuronas sensitivas primarias (conocidas como nociceptores), a estímulos nocivos (perjudiciales o potencialmente perjudiciales) alerta al organismo de una lesión (o posible lesión). El dolor agudo es un elemento importante y adaptativo del sistema nervioso normal. 


En el dolor crónico o persistente se pierde la finalidad del dolor. Este dolor suele representar una alteración del procesamiento nervioso. Dolor nociceptivo o neuropático. El término ‘dolor’ se utiliza para describir las distintas sensaciones que se perciben como dañinas; requiere la participación de centros superiores. 

Las causas de dolor son numerosas. 

El dolor puede ser nociceptivo o neuropático y muchos dolores tienen un componente neuropático y nociceptivo:


  • El dolor nociceptivo se debe a una estimulación directa de nociceptores en la periferia; puede existir o no inflamación periférica. Un ejemplo de dolor nociceptivo fisiológico es cuando una persona percibe dolor cuando le corre agua caliente sobre la piel, lo que hace que se aparte del estímulo y no se produzcan lesiones. 
  • El dolor neuropático es consecuencia de una lesión del sistema nervioso periférico o central. Dolor agudo o crónico. El dolor también puede describirse como agudo o crónico: 
El dolor agudo patológico tiene un inicio agudo y es de corta duración, generalmente inferior a una semana, más o menos, y se asocia a un traumatismo tisular, por ejemplo, después de una intervención quirúrgica. 



El dolor agudo transitorio también puede deberse a una lesión nerviosa aguda, por ejemplo, lesión local del nervio cubital por un golpe en el codo. Aunque los mecanismos del dolor agudo y crónico pueden solaparse, los del dolor agudo se resuelven con rapidez a diferencia de los del dolor crónico. 


El dolor crónico (también conocido como persistente) está presente durante un mínimo de 3 meses. Sin embargo, los mecanismos implicados son más importantes que la duración del dolor. El dolor crónico se asocia a cambios en el sistema nervioso central (SNC), que pueden mantener la percepción del dolor en ausencia de lesión aguda. Estos cambios también pueden ampliar la percepción, de tal modo que estímulos no dolorosos se perciben como dolorosos (alodinia), mientras que estímulos dolorosos se perciben más dolorosos de lo previsto (hiperalgesia).




El dolor pélvico crónico (DPC) es un problema de salud que impacta al individuo en la esfera biológica, social, psicológica y laboral. Se puede definir como el dolor localizado en la pelvis anatómica, con una duración mayor o igual a seis meses, que se presenta de forma cíclica o acíclica. Puede requerir tratamiento médico o quirúrgico, y su severidad puede causar alteración en la funcionalidad. Es significativamente más común en mujeres. A pesar de ser un motivo de consulta frecuente, el DPC es un fenómeno que no está totalmente entendido, pero es claro su componente multifactorial y su diferencia con el dolor agudo.


CAUSAS DE DOLOR PÉLVICO 

Dolor agudo: 
enfermedad o disfunción ginecológica
 – Complicación del embarazo 
• Embarazo ectópico (EE) roto
 • Amenaza de aborto (AA) o aborto incompleto 
• Degeneración de leiomioma 

– Infecciones agudas 
• Endometritis 
• Enfermedad inflamatoria pélvica 
• Absceso tuboovárico

– Trastornos de los anexos 
• Quiste ovárico funcional hemorrágico 
• Torsión de anexo 
• Quiste paraovario torsión 
• Rotura quiste ovárico (funcional o neoplásico: dermoide/endometrioma…) 

Dolor pélvico recurrente 
– Dolor periovulatorio (Mittelschmerz) 
– Dismenorrea primaria/secundaria Causas gastrointestinales 
– Gastroenteritis 
– Apendicitis 
– Obstrucción intestinal 
– Diverticulitis
– Enfermedad inflamatoria intestinal
– Síndrome colon irritable

Causas geritourinarias 
– Cistitis 
– Pielonefritis 
– Litiasis ureteral Causas musculoesqueléticas 
– Hematoma pared abdominal
 – Hernia inguinal

Ováricas 
– Quiste ovárico complicado (hemorragia, torsión, rotura) 
– Rotura folicular Tubáricas 
– Embarazo ectópico 
– Torsión anexial 
– EIP Uterinas 
– EE intersticial o en cuerno 
– Mioma complicado 
– Adenomiosis
– Aborto en curso Otras causas 
– Porfiria aguda 
– Tromboflebitis pélvica
 – Aneurisma 
– Angina abdominal

DIAGNOSTICO
Para obtener un adecuado diagnóstico que permita un tratamiento adecuado, requiere un enfoque multidisciplinario. Independientemente de una historia y exploración física detallada, son necesarios sistemático de sangre, análisis de orina, cultivo de heces, orina y secreciones, ecografía abdominal, resonancia magnética o laparoscopia diagnóstica. Se debería realizar un estudio ginecológico así como psicológico. Según el enfoque, la consulta al urólogo, ginecólogo, digestólogo, neurólogo u oncólogo es obligatoria

TRATAMIENTO

Una vez que los pacientes han sido historiados y explorados, y se ha elaborado un diagnóstico diferencial, existen pocas técnicas en el armamento terapéutico del especialista en dolor. Mientras que el tratamiento de los síndromes de dolor pélvico agudo son relativamente sencillos, como antibióticos para los procesos infecciosos o exploración quirúrgica cuando se sospecha una patología determinada, el manejo del DPC requiere mayor esfuerzo, experiencia y destreza. Así los bloqueos nerviosos diagnósticos desempeñan un papel primordial para diferenciar si el dolor tiene mayor componente orgánico, simpático o psicológico. 

Para el dolor de origen orgánico, al paciente se le puede ofrecer un bloqueo nervioso terapéutico, utilizando anestésicos locales y corticoides en aquellos casos en que la inflamación juegue un papel primordial. El uso de agentes neurolíticos no debería hacerse de manera sistemática en dolor cró- nico no maligno, aunque sí en procesos neoplásicos en los que han fracasado tratamientos conservadores previos. 

Farmacológico

 La hiperproducción de prostaglandinas está estrechamente relacionada con la etiología de la dismenorrea primaria. Las prostaglandinas también están implicadas en la dismenorrea secundaria, aunque en ésta se identifican factores anatómicos asociados. 

En estos casos la terapia farmacológica incluye AINEs y anticonceptivos orales, que disminuyen los niveles de prostaglandinas. En los casos de neoplasias el tratamiento con opioides es fundamental, aunque no sea del todo eficaz.

Quirúrgico
 Existen tres tipos de tratamientos quirúrgicos: Adhesiolisis Laparoscópica (AL), Neuroablanción Uterina (NU) y Neurectomía Presacra (NP). 

La AL está indicada en aquellos casos que se sospeche que la causa del DPC sea la presencia de adherencias pélvicas. 
Los procesos quirúrgicos neuroablativos, tanto la NU como la NP provocan la inhibición de las aferencias dolorosas de los órganos pélvicos. 

Ambas técnicas se realizan por vía laparoscópica. La NU consiste en la sección de los ligamentos uterosacros en su inserción en el cervix. 

La NP consiste en la reseción de los nervios presacros (también denominados Plexo Hipogástrico) alrededor del trígono interiliaco. 

Estos procedimientos interrumpen fibras nerviosas aferentes, por lo que se esperaría que disminuyesen el dolor. La NP interrumpe mayor número de fibras que la NU, aunque conlleva mayor número de complicaciones como prolapso uterino o disfunción vesical. Aunque estas técnicas se vienen realizando no existe una evidencia suficiente para recomendarlas en los casos de dismenorrea, independientemente de la causa.


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