Esta intervención quirúrgica, se hace a través de una incisión pequeña por lo que se le denomina ''cirugía minimamente invasiva'' y su objetivo sigue siendo corregir o curar enfermedades.
La laparoscopia ginecológica, desde sus primeras aplicaciones como técnica diagnóstica, ha
experimentado un importante desarrollo, y actualmente es aplicable prácticamente
en todas las intervenciones ginecológicas.
Fue en los años 80 cuando la laparoscopia alcanzó su mayor desarrollo, por la incorporación de la minicámara que permitió ampliar el campo de visión al resto del equipo quirúrgico. En el siglo XXI, el desarrollo de la robótica ha permitido el uso exitoso el robot Da Vinci, nueva tecnología que oferta una mayor precisión y comodidad para el cirujano, ofreciendo una visión tridimensional.
Aún se sigue
intentando que la laparoscopia sea menos invasiva si cabe, con la reciente incorporación de
trocares que permiten una sola incisión con varios puertos de entrada, conocida como laparoscopia por monopuerto.